Las causas que justifican esta experiencia son fundamentalmente las siguientes:
El perfil del mediador definido por el centro a lo largo de estos años ha tenido unos resultados muy positivos.
La asamblea de mediadores ha estado formada por alumnos comprometidos y responsables producto de un proceso de elección que, en general, ha sido bien trabajado y bien realizado por sus compañeros/as.
Estos mediadores han sabido aprovechar la formación recibida y el esfuerzo del centro por mejorar el plan de convivencia. Por este motivo, nos parece que el perfil es el idóneo para ser a su vez delegado.
Las funciones de nuestro RRI encomendadas al delegado/a y las funciones del mediador/a, en muchas ocasiones, son prácticamente idénticas en cuanto a la obligatoriedad de asistir a reuniones periódicas, participación en la elaboración del RRI, mejora de la convivencia del centro o relación del alumnado con el profesorado(tutor).
La diferencia podríamos encontrarla en momentos puntuales en los que se debe mediar en un conflicto. Pero nuestro objetivo como centro es educar a todo el alumnado en las habilidades sociales que nos ayudan a resolver los conflictos a través de habilidades sociales.
En definitiva, sería un gran reto que todo el alumnado fuera mediador y aprendiera a resolver los problemas con la inteligencia emocional que hemos podido inculcarles.
Creemos, por lo tanto, en la mediación como una cultura de centro no como un proceso de profesionalización individual. De esta manera el delegado tiene que ser, precisamente, un ejemplo de esta cultura de la mediación.
Crear esta nueva figura supone dar fuerza y entidad a la figura de delegado y concretar mucho más las funciones del mediador no perdiendo recursos humanos en duplicar personas para las mismas funciones.
Al mismo tiempo y, dentro de los objetivos del plan de convivencia, crearemos los equipos por aula (equipo de mediación) .Cada aula tendrá tres como máximo (uno de ellos será el mediador/delegado).
Los equipos de mediación formarán la asamblea a la que dotaremos de instrumentos, tiempos, espacios de participación. Queremos convertirla en una asamblea que decida ,en nombre de los alumnos, como organizar el centro.
Nos proponemos a lo largo del primer trimestre organizar todas las acciones que pongan en funcionamiento la asamblea como exponemos en el plan de acción.
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